viernes, 20 de agosto de 2010

MORTON FELDMAN. three voices (1989)









1 Opening  
3 Slow Waltz
4 First Words
5 Whisper
6 Chords
7 A Non Accented Legato
8 Snow Falls
9 Legato
10 Slow Waltz And Ending



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Algo llevado por el viento -Sobre Three voices de Morton Feldman

Una parte considerable de la obra de Morton Feldman está atravesada por cierto ritual fúnebre o tiene la forma de una dedicatoria póstuma. Three voices, escrita en 1982 para la soprano Joan La Barbara, es de alguna manera una evocación de dos amigos desaparecidos: el pintor Philip Guston y el poeta Frank O'Hara. Three voices es una obra para soprano y dos parlantes a cada lado (una parte en vivo, más dos partes grabadas), o bien para tres sopranos, como también ha sido registrada y presentada. Pero esta segunda versión rinde menos justicia a la filosofía de la pieza, que efectivamente está inspirada en el aspecto lapidario de los parlantes. En la imagen original de Feldman, las lápidas parlantes son los muertos (Guston y O'Hara), que intercambian con el mundo de los vivos (La Barbara).
En ese intercambio se teje la trama de la obra. Los parlantes a izquierda y derecha de la soprano dan a la obra una forma antifonal; el contenido fúnebre del canto antifonal ya había sido explorado por Feldman en los coros de Rothko Chapel, de 1971, un réquiem abstracto a la memoria de otro pintor amigo. Las fuentes de Three voices están separadas en tres puntos, aunque hablan una lengua relativamente convergente. Hay un juego de identidad característico de la música de Feldman. Las voces son tímbricamente similares: la voz de la soprano está tratada de manera transparente, y esa voz purísima sale por los parlantes sin la menor distorsión. Las voces de los vivos y los muertos son iguales, aunque llegan a la superficie defasadas. La convergencia no es completa. A veces la música transcurre con el aspecto de un unísono imperfecto, como una línea que pisa los talones de la otra. Es una escritura de alturas y ritmos muy precisos, que dan una sensación de inestabilidad y corrimiento y que al mismo tiempo presentan un fuerte agrupamiento por compás: pueden ser distintos compases superpuestos, pero eventualmente puede haber también una coincidencia en un franco tiempo de vals lento, por ejemplo, como en las partes 3 y 10.






Frank O'Hara no sólo está presente bajo la forma de parlante. Three voices retoma el mismo poema que Feldman había usado en unas canciones de 1962, The O'Hara Songs. El poema es "Wind", y está dedicado al compositor. El tratamiento del poema en ambas piezas conserva un lazo significativo: la idea de que la canción no es una traducción o una encarnación acabada del texto. Las tres O'Hara Songs son variaciones sobre el mismo texto; las tres para voz de barítono, con diferentes acompañamientos instrumentales. Si la primera y la tercera recorren el poema completo, la segunda, más breve, queda detenida en las primeras líneas del poema: "Who'd have thought / that snow falls", que Feldman inscribe y reitera cinco veces en un mimético motivo de seis notas, una por palabra, en la misma dirección descendente indicada en el poema.
Esa segunda canción es el punto de partida de Three voices, que también está basada en esas dos primeras líneas. No se trata de una "interpretación" del poema sino, antes, de una mirada parcial, de una perspectiva. Pero la obra toma esas líneas de O'Hara sólo hacia la mitad de la pieza, como si simplemente pasara a través de ellas; Feldman toma y deja el texto dentro de la amplia vocalización que recorre la totalidad de la obra. Son muchas las figuras melódicas y armónicas que el músico crea con esas líneas, aunque siempre retiene algo de la cadencia original. Sobre el final de la pieza, las palabras de O'Hara se columpian cómodamente en un motivo diatónico de seis notas. La transparencia es vocal y es lingüística. No hay aquí nada que recuerde los experimentos verbales de la escuela francesa o italiana de posguerra; Feldman se mantiene lejos de trivialidades polisémicas e inventarios técnicos, y aún es posible que las palabras de Three voices hayan realizado un aspecto del poema, en el sentido de algo efectivamente suspendido, llevado por el viento; algo que se pone a dar unas vueltas por el aire sin dejar de ser en ningún momento lo que es o sin sacrificar su entonación.

FEDERICO MONJEAU, en Las ranas -artes ensayo y traducción; Año II, N°2, abril de 2006




Seguir el link para leer lo que cuenta Joan La Barbara sobre el origen de la obra.

sábado, 14 de agosto de 2010

IMPROVISACIÓN EN TROMBÓN


En esta ocasión dejo dos discos de trombonistas. El primero, de Paul Rutherford, se trata de un disco pionero (1976) de la improvisación en trombón. El segundo (2009), que registra el encuentro de Radu Malfatti y Klaus Filip, es una muestra brillante de uno de los caminos que tomó ese instrumento en el campo de la música improvisada.


1. Paul Rutherford. The Gentle Harm of the Bourgeoisie -solo trombone improvisations (1976).





1. Noita neila (04.28)
2. Elaquest (11.23)
3. Lonescariso (05.29)
4. Esuni setag (09.02)
5. The funny side of discreet (06.22)
6. Osirac senol (14.53)
7. Er player blues now (03.23)

All tracks recorded at Unity Theatre, London.
This CD is a reissue of Emanem LPs 3305 and 3403 with one additional track (track 5).


When The Gentle Harm of the Bourgeoisie was first released in 1976, solo trombone albums were
very few, let alone free improv ones! If you happened to hear it, you were immediately struck
by Paul Rutherford's originality and virtuosity. The album passed the test of time: it is as 
exciting today, now that the instrument has a few more adepts, such as Konrad Bauer, Sebi 
Tramontana, and Tom Walsh to name only a few. This album features one man, one trombone and a
few mutes. There are no electronics involved. What makes it so impressive is the fact that 
Rutherford never falls into the pit of extended techniques demonstration. These 
short-to-medium-length improvs show a huge level of integration of these techniques -- there 
are not "tricks" anymore, but a way of life. The trombonist follows his own agenda, constantly
choosing the direction the listener didn't think of, slipping from one approach to the next, 
adding colors and even a bit of humor, something inevitable with an instrument that has a
reputation to be funny. On "The Funny Side of Discreet" Rutherford plays around with mutes, 
extending the vocabulary of circus jokes, so to speak. Yet, on "Osirac Senol" he gets mournful,
verging on the sublime, before building up to an explosion. Any trombone student should hear 
this: the speed, precision, rollercoaster-like inventiveness, ability to touch, surprise, or 
even shock. It's all in here, feeling so natural you wonder how anyone could play differently.
The original LP culled material from three separate concerts all recorded in 1974. The CD 
reissue adds an extra track from the same sessions. For free improv fans, this one is a 
must-have; for trombonists, it ranks as a classic.

(1974, Emanem 4019)





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2. Radu Malfatti/Klaus Filip. Imaoto (2009).






Radu Malfatti, trombone; Klaus Filip, sinewaves.

1. Oto (30.55)
2. Ima (19.28)

Recorded at Amann Studios, Vienna in October 2008.
Front cover (reproduced above) design by Yuko Zama.
Press release from Erstwhile: October 2009


Since the early nineties, Vienna-based Radu Malfatti has been investigating the edges of ultraminimalism in both his composed and improvised work. On imaoto, he is joined by empathetic explorer Klaus Filip to create an instant classic.
Radu Malfatti has been a major presence in the European free improv scene since the early seventies. He's been a member of such stellar bands as the Brotherhood of Breath, the London Jazz Composers' Orchestra, and the King Ubu Orchestra, as well as countless small groups. Malfatti's recent focus on developing a unique style of superspare, tranquil music led him to join the Wandelweiser collective, a group of like-minded composers, in 1994. Since 2006, Malfatti has been releasing recordings spanning the past 12 years of his compositions on his own b-boim label, which cumulatively are one of the important bodies of work of recent times. imaoto is his second release for Erstwhile, following 2001's superb and influential dach.
Klaus Filip has been involved in the experimental music world since the early nineties in a wide range of capacities. He invented the open-source software lloopp, which is used by many prominent laptop improvisers, including Christian Fennesz and Christof Kurzmann. Filip only has a handful of releases, most notably Aluk (w/Toshi Nakamura), Los Glissandinos-Stand Clear (w/Kai Fagaschinski), and Building Excess (w/Malfatti, Mattin, and Dean Roberts). Filip's music has become increasingly minimal in recent years, searching for the limits of perception, in loudness and movement. imaoto is his first release for Erstwhile.
Malfatti and Filip have performed a handful of duo concerts over the years, with the first in 2003. In 2006, they played a remarkable set in Maria Chavez's Houndstooth store in NYC, a very memorable show for the couple of dozen listeners in attendance as well as for the musicians themselves. In October 2008, they spent a day at Amann Studios and recorded the two pieces that make up imaoto. The results are undeniably gorgeous, musical, and impeccably recorded. The ultraminimalist aesthetic of the music is echoed in Yuko Zama's sparse design.
"This is probably the most beautiful Radu Malfatti's trombone has ever sounded on a recording. It is deep but not heavy, attaining, in Christoph Amann's studio, a very personal, nearly vocal presence. Klaus Filip works miracles of intuition with his sine tones, seemingly knowing the precise harmonic answer even before the question is asked. The two are exploring a world of hidden contours and curves, quietly, step-by-step; never hurried, never tedious." - Michael Pisaro





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viernes, 6 de agosto de 2010

JORDI SAVALL. diáspora sefardí


DIÁSPORA SEFARDÍ
Romances & Música Instrumental


Montserrat Figueras, canto 
Hespèrion XXI 
Dirección: Jordi Savall




El moro de Antequera - Levantose el Conde Nino - El Rey de Francia - Por alli paso un cavallero - Por que llorax blanca nina - La guirnalda de rosas Nani, nani - El Rey que tanto madruga - Las estrellas de los cielos - En la santa Helena - A la una yo naci - Improvisacion - Paxarico tu te llamas - Longe de mi tu estaras - Hermoza muchachica - Axerico de quinze anos - Improvisacion sobre " Axerico "

Grabaciones realizadas en febrero, abril y mayo de 1999 en el Castillo de Cardona



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Jordi Savall insiste: la música es el gran patrimonio, ya que rompe el muro del lenguaje sin dejar de ser comunicación articulada, como el lenguaje. Un chino y un uruguayo quizá no se entiendan con palabras, pero siempre podrán hacer música juntos. Ese patrimonio es tan inmenso como la historia, y su pervivencia depende de su actualización, no existiendo la música más que en presente, en el preciso instante en que vibra un sonido. Saber bucear en la tradición musical, manipularla y devolverla al presente sin merma de su esencia es virtud de pocos. Savall pertenece a ese género de intérpretes (pienso también en Furtwängler o en Maria Callas) que reabsorben el material y lo devuelven intacto y transfigurado. Creadores además de recreadores, no les tienta la reproducción. Pero además, el de Igualada aporta un gusto por el viaje que hay que agradecerle; disco a disco nos revela, en un trayecto gozoso e inabarcable que va de Monteverdi a la Sibila, de la Corte de Versalles a una sinagoga en Sarajevo, un panorama en el que acabamos reconociendo los rasgos de un rostro familiar, la faz de la vieja Europa, la multicultural.
El último disco de ALIA VOX, noveno de la serie, representa un clímax en la carrera de Savall y de su equipo, la consecución de muchas aspiraciones. ¿Qué mejor tema que la Diáspora Sefardí para excitar su afán por lograr una síntesis paneuropea mediante la música, o para la finísima inquietud de Montserrat Figueras por los claroscuros de la historia, por esas músicas empañadas de leyenda que han sobrevivido a los estragos del tiempo envueltas en su propio misterio?. La música de los judíos expulsados en 1492 de los reinos de Castilla y Aragón es la de un pueblo forzado a diseminarse por un territorio que abarca tres continentes y que logra preservar sus íntimas tradiciones en adecuación al ámbito en el que se introduce: música que se mimetiza en el medio para mejor conservar su pureza, codificada por la tradición oral, y por tanto a merced de su propia historia, que renace siempre que alguien la convoca, y que a nosotros, a los que vivimos en esta parte, nos evoca, impregnadas ahora de vagos aromas orientales, canciones que parecían olvidadas en algún remoto rincón de la memoria.
¿Cómo aproximarse a esta música que funde melancólicas maneras balcánicas o sinuosas figuras turcas con la ardua tradición hispana, la del romance viejo, sin caer en lo meramente arqueológico o en el erudito ensayo musical?. De entrada, Savall reúne a un conjunto de intérpretes -el rebautizado Hespèrion XXI- casi milagroso en su perfección y diversidad: Montserrat Figueras, Pedro Estevan, Begoña Olavide, Arianna Savall , Xavier Díaz y el propio Jordi Savall como representación ibérica, a los que se suman, en magnífica simbiosis polirracial, el israelí Ken Zuckerman, el bosnio Edin Karamazov, el argentino Pedro Memelsdorff, el británico Andrew Lawrence-King y el iraquí Yair Dalal; un elenco de primeras figuras internacionales para formar una riquísima paleta instrumental que garantiza un festín tímbrico y cromático muy del gusto del músico catalán: psalterios y laúdes, flautas, arpas y violas, tejen un bello tapiz armónico al que se adhieren, en cordialísima síntesis, instrumentos como el rebab, el oud, el sarod o el qanun con sus sonidos casi tóxicos de puro orientales.
El viaje es doble: dos discos, el primero dedicado a Romances Vocales; de Sofía, de Rodas, de Esmirna o de Marruecos, romances que fueron cantados en alguna alcoba en Alejandría y que dicen de llantos y guirnaldas, de moros de Antequera y reyes de Francia. Figueras oficia un recorrido por las íntimas estancias del mundo sefardí con la elegancia y la discreción de una sacerdotisa, revelando la secreta belleza de sus melodías, el drama, la melancolía y la ternura, pero también la pasión y el desgarro que encierran sus apretadas estrofas, con la naturalidad de una vidente, capaz de transformarse, como la propia melodía y diluida en ella, en doliente doncella o madre lacerada, y mostrando una vez más su profunda afinidad con estas músicas humildes e intemporales. El segundo CD es exclusivamente instrumental, y lo que en el anterior era primoroso acompañamiento de las evoluciones del canto -qué magníficas intervenciones de Lawrence-King al arpa en Por que llorax blanca niña, el romance más largo de la serie- es en éste pura y gozosa invención sonora, un desconcertante fluido musical sobre la base de células melódicas de exquisita sensualidad que son introducidas, repetidas, desarrolladas y comentadas por unos músicos en total estado de gracia. Difícil entrar en particularidades: tanto la presencia de Memelsdorff, cabeza de Mala Punica y maestro absoluto de la flauta medieval, como las sutiles intervenciones de Zuckerman al sarod -con sus lejanas reminiscencias hindúes- Yair Dalal al oud o el imprescindible Pedro Estevan a la percusión, bastarían para rendir honores. Pero es que tanto Begoña Olavide, Arianna Savall o esos estupendos laudistas que son Xavier Díaz y Edin Karamazov están asimismo espléndidos. Y Savall, por supuesto, a la lira, la viola o el rebab, volviendo a demostrar una vez más que no basta con tocar bien un instrumento; hay que hacerlo vivir, penetrar la entraña de su sonido para extraer lo más jugoso de su pulpa, aquello que entra en el dominio de lo inexpresable. Nadie mejor que él para dirigir desde su atril, arco en la mano, este bellísimo viaje a las raíces de la memoria.
Raíces y Memoria: acertado título para la colección que este disco inaugura -enésima iniciativa de Savall y su equipo- y que pretende rescatar las músicas no codificadas, de origen popular, perpetuadas merced a la tradición oral y sin embargo actuales, contemporáneas, al ser intérpretes actuales, desde y para la sensibilidad actual, los responsables de traerlas al presente. Bástenos por el momento esta doble maravilla dedicada a la Diáspora Sefardí, un trabajo admirable que rebasa ampliamente los límites que marca la llamada "música culta", para entrar en terrenos en los que lo cultivado y lo folclórico, lo virtuosístico , el rigor y lo experimental, la improvisación y el ensayo, se imbrican en un delicioso viaje destinado a seducir, fascinar y emocionar a todo amante de la Música, sin etiquetas.
Un disco imprescindible, una pequeña joya para atesorar en este tecnológico fin de milenio.





Martin Lasalle (en diverdi.com)





martes, 3 de agosto de 2010

ELOMAR. em concerto.





-Gravado na Sala Cecília Meireles, no Rio de Janeiro, nova demonstração das idéias e ideais Sinfônicos do compositor. Atendendo à veemência da platéia, acontece talvez o primeiro "improviso de côro, violão e orquestra" da história da música, na execução da magistral "Arrumação".





07. Balada do Filho Pródigo - Elomar solo, fragmento do nº 2 da Antiphonaria Sertani 
08. Loa - para orquestra e coro, fragmento do nº 3 da Antiphonaria Sertani, Incelença ad Moribundum Solem, solista Malu Lafetá 
09. Gratidão - para orquestra e coro, fragmento do nº 3 da Antiphonaria Sertani, Incelença ad Moribundum Solem 



Ficha técnica: 

Quateto Bessler-Reis: Bernardo Bessler (1º violino), Michel Bessler (2º violino), Marie-Christine Sprinquel (viola) e Alceu Reis (cello) 

Paulo Sérgio Santos (clarineta/sax) 

Marcelo Bernardes (flauta/sax) 
Antonio Augusto (trompa) 
Octeto Coral de Muri Costa: Baixos: Felipe Abreu e Paulo Brandão - Tenores: Muri Costa e Kaleba Villela - Contraltos: Patricia Costa e Bia Paes Leme - Sopranos: Eveline Hecker e Malu Lafetá. 
Jaques Morelenbaum (regência e direção musical) 

Produção e montagem: Mario de Aratanha 
Produtor Fonográfo: Kuarup Discos 
Gravado por Denilson Campos e Ségio Lima Neto 
Assistente de gravação: José Ary 
Pós-produção de estúdio: Muri Costa 
Mixagem digital: Mario Possollo 
Capa: Janine Houard (design), Artur Cavalieri (fotos), Antonio Woyames (arte-final). 
Agradecimentos: Henrique Morelenbaum, Maria Clara Jorge, Dietrich Batista




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Sobre el no tan conocido músico nordestino brasileño Elomar Figueira Mello, dice Vinícius de Moraes en la contratapa del LP Elomar ...das barrancas do Rio Gavião, de 1973:



"A mim me parece um disparate que exista mar em seu nome, porque um nada tem a ver com o outro, No dia em que "o sertão virar mar", como na cantiga, minha impressão é que Elomar vai juntar seus bodes, de que tem uma grande criação em sua fazenda "Duas Passagens", entre as serras da Sussuarana e da Prata, em plena caatinga baiana, e os irá tangendo até encontrar novas terras áridas, onde sobrevivam apenas os bichos e as plantas que, como ele, não precisam de umidade para viver; e ali fincar novos marcos e ficar em paz entre suas amigas as cascavéis e as tarântulas, compondo ao violão suas lindas baladas e mirando sua plantação particular de estrelas que, no ar enxuto e rigoroso, vão se desdobrando à medida que o olhar se acomoda ao céu, até penetrar novas fazendas celestes além, sempre além, no infinito latifúndio.






Pois assim é Elomar Figueira de Melo: um príncipe da caatinga, que o mantém desidratado como um couro bem curtido, em seus 34 anos de vida e muitos séculos de cultura musical, nisso que suas composições são uma sábia mistura do romanceiro medieval, tal como era praticado pelos reis-cavalheiros e menestréis errantes e que culminou na época de Elizabeth, da Inglaterra; e do cancioneiro do Nordeste, com suas toadas em terças plangentes e suas canções de cordel, que trazem logo à mente os brancos e planos caminhos desolados do sertão, no fim extremo dos quais reponta de repente um cego cantador com os olhos comidos de glaucoma e guiado por um menino - anjo a cantar façanhas de antigos cangaceiros ou "causos" escabrosos de paixões espúrias sob o sol assassino do agreste.





Elomar nasceu em Vitória da Conquista, cidade que também deu vez a Glauber Rocha e Zu Campos, e depois de formar-se em arquitetura pela Universidade Federal da Bahia, ocupa atualmente o cargo de Diretor de Urbanismo em sua cidade. Mas do que gosta realmente é de sua caatingueira, uma das mais ásperas do sertão brasileiro, onde cria bodes e carneiros. Já me foi contado que um de seus reprodutores, o famoso bode "Francisco Orellana", quando a umidade do ar apresenta seus índices mais baixos - que usualmente é 10 graus - senta-se em posição estratégica sobre as patas traseiras e não se peja de urinar na própria boca, de modo a aproveitar, num instintivo e engenhoso recurso ecológico, a própria água do corpo para dessedentar-se.





E tem a onça. Vez por outra, a madrugada restitui a carcaça sangrenta de um bode ou um carneiro, e todas as preocupações cessam, a não ser chumbar a bicha. E a conversa entre os fazendeiros fica sendo apenas essa: onça, suas manias, suas manhas, seus pontos fracos.
Todo mundo se oncifica. Elomar sai à noite para tocaiá-la, e quando a avista só atira nela de frente.






- Um bicho que vem de tão longe para matar meus bodes, esse eu respeito! - diz ele em seu sotaque matuto (apesar da boa cultura geral que tem) e que faz questão de não perder por nada, enojado que está da nossa suposta civilização.

Quando lhe manifestei desejo de passar uns dias em sua companhia e de sua família (Elomar é casado e tem um par de filhos, sendo que a menina tem o lindo nome de Rosa Duprado) para descobrir, em sua companhia e ao som do excelente violão que toca, essas estrelas reconditas que já não se consegue mais ver nos nossos céus poluídos, Elomar me disse:

- Pode vir quando quiser. Deixe só eu ajeitar a casa, que não está boa, e afastar um pouco dali minhas cascavéis e minhas tarântulas...

É... Quem sabe não vai ser lá, no barato das galáxias e da música de Elomar, que eu vou acabar amarrando um bode definitivo e ficar curtindo uma de pastor de estrelas..."

Vinícius de Moraes

Abril de 1973